Hace algún tiempo fui contactado por el gerente de una prestigiosa empresa de mi ciudad para que dictara una conferencia sobre emprendimiento. Según me dijo telefónicamente se había dado cuenta de mí, gracias a la recomendación de un amigo suyo, sin embargo debía ir a hablar con él antes, citándome para una semana después.
Mantenemos altos estándares de calidad y una rigurosa selección del personal, por lo tanto me gusta saber sobre las personas que van a interactuar con mi gente ya que hemos tenido infortunadas experiencias con conferenciantes que más parecieran ser encantadores de serpientes. De ahí que considero que, no porque usted haya escrito muchos libros tiene mi aprobación para que pueda dirigirse a mis empleados. Es por eso que lo cite a mi oficina para saber un poco más de usted. Por ejemplo, dígame señor Restrepo, qué estudios ha realizado y en que universidades los ha hecho ya que en Internet no aparece nada al respecto.
– Como le estaba diciendo, y ahora viendo todos sus diplomas que certifican todos los estudios que usted ha realizado, la verdad es que no he tenido la fortuna de realizar tantos estudios como usted. Si bien es cierto tengo algunos estudios, pienso que estos no van más allá de lo que aprendí en la primaria, todos los demás que haya hecho de poco me han servido ya que lo que realmente me ha permitido salir adelante es lo que he aprendido en la universidad de la vida.
– No entiendo como mi gran amigo me recomienda una persona como usted solo porque ha escrito algunos libritos. Tendré que hablar seriamente con él.
Afortunadamente en el mundo empresarial, el sindrome de los ojos azules esta cambiando a pasos agigantados. Ya las empresas no se fijan tanto en los pergaminos que ostenten las personas sino en lo que saben hacer con lo que saben hacer. Nadie puede negar la importancia de los estudios universitarios. Sin embargo, una cosa es ser profesional y otra actuar con profesionalismo. En el área de los sistemas informáticos por ejemplo, hay jóvenes que sobrepasan en conocimientos y habilidades a los ingenieros en sistemas.
De igual forma, resulta curioso como para muchas personas solo es valioso e importante lo que ellos hacen y a lo que uno hace tienen la desfachatez de colocarle precio, argumentando las más absurdas razones, es por eso que digo que “cuando uno no se valora, alguien nos pone precio”.
Le invito pues amable lector a valorar lo que usted hace, ya que si la labor u oficio que desempeña lo realiza con profesionalismo e idoneidad, tiene un precio justo. De igual forma le sugiero nunca recatear nada de lo que le estén vendiendo, aunque es una práctica bastante común en mi país Colombia y en muchos otros países del mundo, pienso que es una falta de respeto hacerlo. Si su presupuesto no le permite adquirir el producto o servicio, analice otras opciones pero nunca le coloque precio a lo que otros hacen. Recuerde que “si deseas justicia, sé justo”.
Fundador y director de la Universidad Virtual (www.uvirtual.co), Empresario, Asesor Empresarial, Conferenciante y Escritor.